domingo, 21 de octubre de 2012

Inmaculada Casal: "Soy el contrato número uno de Canal Sur"

Hija de padres andaluces pero nacida en Barcelona, nunca se ha considerado catalana. A los doce años se instaló en Sevilla y recuerda con cariño cómo la acogieron y cómo se integró en la vida de esta ciudad a la que adora. De aspecto impecable y trato cercano, es una persona enérgica, simpática, extravertida; la perfecta anfitriona. Expresiva y natural, una gran comunicadora que poya su discurso seseante en gestos que transmiten entusiasmo cuando habla de su profesión, el periodismo, y en especial de la televisión que es su “gran pasión”. Es el contrato número uno de Canal Sur. Empezó a trabajar antes de terminar la carrera y sigue sintiendo “la varicela del periodismo” como el primer día. 


Inmaculada Casal
  La mayor parte de su carrera la desarrolla en Canal Sur Televisión. 
Sí, la verdad es que soy el contrato número uno de Canal Sur. Haciendo el programa Andalucía Junta me dijeron que se iba a montar la Radio Televisión Andaluza y me presenté a las oposiciones de redactora. La verdad es que saqué muy buena nota, no porque fuera muy lista, es que aquí había muy poca gente con experiencia en televisión. Yo siempre digo que he echado los dientes en la tele.





Hábleme un poco de su trayectoria en Canal Sur.
 Yo entré en sociedad, he presentado y editado informativos, he hecho casa real y he acompañado a los Reyes en sus viajes. He sido enviada especial porque siempre se me ha dado muy bien el directo y las cámaras, además de que me encantaba viajar y siempre que había que mandar a alguien a algún conflicto me mandaban a mí. He viajado con Canal Sur, cuando había dinero para viajar, por todo el mundo. Después en tribunales estuve casi tres años y estudié dos años de derecho porque me encantó este tipo de informaciones y quería especializarme. Porque yo creo que en periodismo sabemos un poco de todo pero lo bueno es que aparte nos especialicemos en algo. Tú tienes que ser primero periodista pero aparte saber mucho o de política o de tribunales o de sociedad o de medio ambiente, porque lo que se exige ahora es la especialización en lo que sea.

¿Cómo pasa de ser jefa de la sección de tribunales a hacer crónica social? 
 Pues, porque tribunales hice casi 3 años hasta que un día le dije al jefe que no podía más, y es que yo me implico mucho en todo lo que hago y me apetecía cambiar y hacer una crónica amable.

La respuesta de su jefe…
 Me dijo: ¿Tú estás loca? ¿Cómo vas a hacer corazón? Le expliqué que se trataba de contar cosas agradables de Andalucía. Le presenté el proyecto de Contraportada, al principio duraba cinco minutos, se trataba de noticias curiosas, originales. Presentaciones de discos o entrevistas, todo lo que es la contraportada de un diario, y luego tuvo tanto éxito que se convirtió en un programa de una hora. Después hice De Lujo, un programa que dirigía y presentaba y con el que disfruté mucho.






Sus programas se distinguían por el trato amable que les daba a los personajes…
 Yo siempre he dicho que las cosas se pueden hacer de muchas formas, se puede preguntar de todo, además un periodista tiene que preguntar de todo, pero depende de cómo lo preguntes. Lo que no te guste que te hagan a ti no se lo hagas a los demás. Esa siempre ha sido mi premisa para todo lo que he hecho.

¿Qué piensa de que los programas del corazón tengan tanta audiencia?
 Creo que falta cultura en España. Yo antes aprendía con la tele y ahora me pongo a verla y salen programas como Gran Hermano en el que le preguntan a la gente con 20 años qué quieren ser y dicen que quieren ser famosos. Yo pienso que vamos para atrás y creo que lo que falla es la cultura. Los hogares están más desintegrados, la gente está tirada todo el día viendo la tele en vez de estar estudiando y preparándose. Ese tipo de gente que vive alienada, que no tiene ilusión por nada, pues a lo mejor disfruta viendo que hay personas a la que aunque sean famosas, ricas y salgan en la tele, los están criticando.

¿Qué opina de que en algunos programas de televisión los periodistas actúen como personajes y viceversa?
 Que la culpa es nuestra. A mí no se me ocurriría en la vida sentarme en un programa y tener como compañero a un “friki”, por mucho dinero que me dieran. No por nada, no porque yo me considere más que nadie pero me parece muy triste que cualquiera pueda trabajar como periodista.

¿Cree que existe más intrusismo en el periodismo que en otras profesiones?
 Pues sí, y por eso yo le dije a mi hija: Ni se te ocurra estudiar periodismo. Estudia lo que sea para cultivarte y podrás trabajar como periodista. Lo que ocurre es que una cosa es ser periodista y otra es ser comunicador, porque puedes escribir muy bien, montar vídeos, entender de radio todo lo del mundo, pero a lo mejor no puedes ponerte delante de un micrófono porque no tienes facilidad de palabra. Lo mismo ocurre con la televisión, hay gente que cuando se enciende la cámara se pone de los nervios y es incapaz de hacer un directo. Hay programas que puede presentar cualquiera que entienda del tema, como un musical, pero esa persona no puede dirigirlo, ni hacer una escaleta, para todas esas cosas se necesitan periodistas.

¿Qué ve en TV?
 Yo siempre he sido una enamorada de la televisión pero realmente cada día me gusta menos. Aunque sigue siendo un mundo fascinante en el que se pueden hacer muchísimas cosas con ilusión y, sobre todo, llegar a un montón de gente a la que de otra forma no podrías llegar.

¿Cuál ha sido la noticia más dura que ha tenido que dar?
 La muerte de Alberto y Ascen en Sevilla a manos de ETA. Además los conocía personalmente y me cogió dentro del informativo. Y lo de Rocío Jurado porque yo tenía una relación personal con ella y era una muerte anunciada. Me pasaba toda la noche con el teléfono puesto. Para un periodista es horroroso tener que contar una muerte ante una cámara.

¿Y La mejor?
 Cuando escogieron a Sevilla para celebrar la Exposición Universal del 92. También disfruté mucho retransmitiendo la boda de la Infanta Elena, me emocioné mucho. ¡Vamos que lloré como si yo fuera la madrina!

La que le gustaría dar...
 Que se acabó la crisis y que hay una solución para el cáncer.

Una reflexión...
 Que ante todo hay que ser persona. Y que los periodistas tenemos que ser responsables porque en nuestras manos tenemos el poder de la información y muchas veces no sabemos el mal o el bien que podemos hacer con solo tres líneas